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Trastorno de pánico

¿Qué es el trastorno de pánico?

El trastorno de pánico es una afección de ansiedad caracterizada por la presencia recurrente e inesperada de ataques de pánico.

Estos episodios de miedo intenso suelen ocurrir de manera súbita, sin un desencadenante aparente, y se acompañan de síntomas físicos y psicológicos que son abrumadores para la persona que los experimenta.

La persona que padece trastorno de pánico vive con miedo de sufrir nuevos ataques, lo que les lleva a experimentar ansiedad anticipatoria.

También es común que eviten ciertas situaciones o lugares donde consideran que podrían tener nuevos episodios de pánico.

Mujer anticipando un ataque de pánico

¿Cuál es la diferencia entre ataque de pánico y trastorno de pánico?

Es importante distinguir entre un ataque de pánico aislado, ataques de pánico como síntoma de otra condición psicológica y el trastorno de pánico.

Ataque de pánico

Ataque de pánico

Un ataque de pánico lo podemos definir como un episodio de miedo intenso o terror que puede ocurrir como respuesta a una situación estresante o aparentemente de la nada.

Por otro lado, los ataques de pánico pueden manifestarse como un síntoma en otros trastornos de ansiedad, por ejemplo tener un ataque de pánico exponiendo un tema delante de un auditorio, experimentar ataques de pánico cuando se conduce o cuando se monta en un avión.

En estas situaciones los ataques de pánico se entienden como una manifestación del trastorno de ansiedad.

Trastorno de pánico

Trastorno de pánico

En cambio, el trastorno de pánico se diagnostica cuando una persona sufre ataques de pánico recurrentes e inesperados y desarrolla un temor persistente de experimentar futuros episodios.

Este miedo anticipatorio puede llevar a la persona a generar cambios significativos en el comportamiento y el estilo de vida, como evitar actividades cotidianas, lugares o situaciones donde se teme que podría ocurrir un ataque, pudiendo desarrollar trastornos de pánico con agorafobia.

Además, el trastorno de pánico puede incluir síntomas físicos continuos y debilitantes, incluso entre los ataques.





¿Cúales son los síntomas del trastorno de pánico?

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-5), establece los siguientes criterios específicos para el diagnóstico del trastorno de pánico:

01

Ataques de pánico recurrentes e inesperados

Para ser diagnosticado con trastorno de pánico, el individuo debe experimentar ataques de pánico que ocurren de manera recurrente e inesperada.

02

Miedo persistente a futuros ataques

Después de al menos un ataque de pánico, el individuo debe experimentar durante un mes o más una preocupación persistente acerca de sufrir nuevos ataques o sobre sus posibles consecuencias, como perder el control, tener un ataque cardíaco o volverse loco.

03

Cambios significativos en el comportamiento

La persona debe exhibir cambios notables en su comportamiento relacionados con los ataques, como evitar actividades o situaciones que puedan desencadenar un ataque de pánico.

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Ausencia de otra causa médica o trastorno mental

Los síntomas no deben ser atribuibles a los efectos fisiológicos de una sustancia (como drogas o medicamentos) ni a otra condición médica (como hipertiroidismo). Además, los síntomas no deben ser mejor explicados por otro trastorno mental, como fobia específica, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Por tanto, para poder realizar un diagnóstico de trastorno de pánico la persona experimentará ataques de pánico, los cuales presentan una combinación de síntomas físicos y psicológicos:

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Síntomas físicos

Los ataques de pánico provocan una serie de síntomas físicos intensos y, a menudo, aterradores. Estos incluyen:

  • Taquicardia: un aumento rápido e intenso de la frecuencia cardíaca. Las personas pueden sentir que su corazón late con fuerza o de manera irregular, lo cual puede ser percibido como un síntoma de un problema cardíaco grave, aunque no lo sea.
  • Sudoración: sudoración excesiva, que puede ocurrir incluso en ambientes fríos. Este síntoma se manifiesta frecuentemente en las palmas de las manos, la frente y otras partes del cuerpo.
  • Temblores: temblor o sacudidas en el cuerpo, que pueden ser visibles o sentirse internamente. Estos temblores a menudo son difíciles de controlar y aumentan la sensación de pérdida de control.
  • Dificultad para respirar: sensación de falta de aire o asfixia. Las personas pueden sentir que no pueden obtener suficiente aire, lo que contribuye al pánico y la sensación de sofoco.
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Síntomas psicológicos

Los ataques de pánico también incluyen una serie de síntomas psicológicos, que pueden ser tan perturbadores como los físicos:

  • Miedo intenso: Un sentimiento abrumador de miedo o terror, que a menudo no tiene una causa específica evidente. Este miedo puede estar centrado en la preocupación de que algo terrible está a punto de suceder.
  • Sensación de pérdida de control: Sentirse fuera de control o desconectado de la realidad. Las personas pueden tener la impresión de que están perdiendo la cordura o de que no pueden controlar sus propios cuerpos o mentes.
  • Miedo a morir: Muchas personas que experimentan ataques de pánico sienten un miedo intenso a morir durante el episodio. Este miedo puede ser particularmente fuerte si los síntomas físicos, como el dolor en el pecho o la dificultad para respirar, son prominentes.

Tratamiento para el trastorno de pánico

Para desarrollar una terapia eficaz para el trastorno de pánico, en Psicoglobal establecemos una serie de pasos que vamos desarrollando a lo largo del tratamiento.

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Evaluación

Nuestros psicólogos realizarán una evaluación cuidadosa y exhaustiva para conocer de manera detallada la información sobre los síntomas del paciente.

Esto incluye la duración, frecuencia e intensidad de los mismos. Además, se considerarán cualquier factor estresante reciente y situaciones desencadenantes que puedan estar afectando al paciente.

Toda esta información relevante se utilizará para diseñar una terapia personalizada y ajustada a las necesidades de la persona.

Para realizar esta evaluación utilizaremos entrevistas clínicas, cuestionarios y autoinformes.

Una vez que tengamos el diseño de la terapia, implementaremos las estrategias y técnicas necesarias a lo largo de las sesiones para ayudar a la persona a gestionar su trastorno de pánico.

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Implementación de técnicas

En nuestra terapia para el trastorno de pánico, utilizamos la terapia cognitivo-conductual. Esta metodología ha demostrado ser eficaz para gestionar este tipo de trastorno.

La terapia ayuda a los pacientes a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a los ataques de pánico.

A través de la reestructuración cognitiva, los pacientes aprenden a reemplazar pensamientos catastróficos con interpretaciones más realistas así como a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas.

Otras de las técnicas que aplicamos en la terapia son las técnicas de exposición: Implica exponer gradualmente a los pacientes a las situaciones que temen en un entorno controlado y seguro, ayudándolos a reducir la sensibilidad a esos desencadenantes y a disminuir la frecuencia y la intensidad de los ataques de pánico.

También aplicamos técnicas de autorregulación física. Puesto que en el trastorno de pánico los síntomas físicos son muy perturbadores, las técnicas de autorregulación física consiguen que la hiperactivación disminuya de manera gradual.

Adicionalmente, empleamos otras técnicas como la identificación de desencadenantes, establecimiento de rutinas o psicoeducación para desarrollar una terapia integral para el manejo del trastorno de pánico.

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Prevención de recaidas

Una vez que la persona ha desarrollado todas las herramientas necesarias para gestionar el trastorno, nos centramos en la prevención de recaídas y en el mantenimiento de los avances terapéuticos, hasta dar por finalizada la terapia.

Causas del trastorno de pánico

De la misma manera que en los ataques de pánico, no se saben con exactitud cuáles son los factores que predisponen a una persona a desarrollar un trastorno de pánico.

Sin embargo, existen ciertos factores biológicos, psicológicos y ambientales involucrados en el desarrollo del trastorno de pánico.

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Factores biológicos

Genética

Existe evidencia significativa de que el trastorno de pánico puede tener un componente hereditario. Las personas con familiares de primer grado que padecen de trastorno de pánico o de otros trastornos de ansiedad tienen un mayor riesgo de desarrollar la condición. Estudios de gemelos también apoyan la influencia genética en la aparición del trastorno.

Desequilibrios químicos en el cerebro

El funcionamiento anormal de ciertos neurotransmisores, como la serotonina, norepinefrina y ácido gamma-aminobutírico (GABA), está relacionado con el trastorno de pánico. Estos desequilibrios afectan a la regulación de las respuestas al estrés y el miedo, aumentando la susceptibilidad a ataques de pánico.

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Factores psicológicos

Estrés

El estrés crónico o agudo puede desencadenar o exacerbar el trastorno de pánico. Las situaciones estresantes prolongadas, como problemas laborales, financieros o familiares, generan una sobrecarga en el sistema de manejo del estrés del cuerpo, llevando a la aparición de ataques de pánico.

Traumas

Experiencias traumáticas, especialmente en la infancia, pueden aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno de pánico. Traumas como abuso físico, emocional o sexual, o la pérdida repentina de un ser querido, son eventos emocionales impactantes que pueden afectar al desarrollo del trastorno de pánico.

Patrones de pensamiento

Las personas con trastorno de pánico a menudo tienen patrones de pensamiento disfuncionales, como la catastrofización (imaginar el peor escenario posible) o la hipervigilancia (estar constantemente en alerta por señales de peligro). Estos patrones pueden perpetuar el ciclo de ansiedad y pánico.

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Factores ambientales

Eventos vitales estresantes

Eventos como la pérdida de un trabajo, la ruptura de una relación o la mudanza a un nuevo lugar pueden actuar como desencadenantes del trastorno de pánico. Estos cambios importantes en la vida pueden aumentar los niveles de estrés y ansiedad, favoreciendo la aparición de ataques de pánico.

Estilo de vida

Un estilo de vida poco saludable, que incluya falta de ejercicio, déficit en las horas de sueño y descanso así como una dieta inadecuada, consumo excesivo de cafeína, alcohol u otros estimulantes puede contribuir al desarrollo del trastorno de pánico.

Mujer anticipando un ataque de pánico

Referencias bibliográficas Más

Escrito por Sara Montejano Martín, Psicóloga General Sanitaria.

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