Cuando se habla de una liana, en la mayoría de los casos, aparece en nuestra mente aquello a lo que todos tenemos asociado ese nombre, probablemente pienses en la selva, en la vegetación y en las lianas como aquellas plantas que crecen y que pueden utilizarse para desplazarse de un lugar a otro sin caer al suelo.
Sin embargo, cuando hablamos de relaciones liana no hacemos alusión a ese elemento de la naturaleza sino a una forma de afrontar las relaciones de pareja que provocan consecuencias emocionales negativas para aquellos que las ponen en práctica pero, ¿qué son exactamente las relaciones liana?
¿Qué son las relaciones liana?
Son relaciones en las que una persona enlaza una pareja tras otra, sin tomarse el tiempo necesario para procesar el duelo por la ruptura anterior. De esta manera, se busca evitar emociones desagradables como la tristeza cambiándolas por la excitación y el bienestar que genera el inicio de una nueva relación.
Este tipo de relaciones suelen ser breves y poco profundas. Quienes las viven sienten una urgencia por avanzar rápido, incluso llegando a convivir prematuramente. Al ser tan fugaces, se viven con gran intensidad, ya que no hay tiempo suficiente para que las emociones se estabilicen.
En psicología, esto se conoce como habituación: con el tiempo, la emoción que produce algo nuevo tiende a disminuir. Pero en estas relaciones, todo termina antes de que eso ocurra. La otra persona se convierte en un estímulo muy atractivo, que genera placer y entusiasmo, pero la falta de duración impide que esa emoción evolucione hacia un vínculo más sólido y profundo.
Estas relaciones empiezan a llegar a su fin cuando aparecen comparaciones respecto a las anteriores y no se cumplen las expectativas idealizadas que se tenían. Esto es un indicativo de que no se ha dado espacio a una adecuada elaboración del duelo tras la pérdida anterior. La persona, empieza a “desencantarse” con esta nueva relación y como consecuencia, vuelve a buscar el bienestar en otra persona.
¿Cuál es la relación entre las relaciones liana y la dependencia emocional?
Quienes practican este tipo de relaciones tienden a desarrollar dependencia emocional en sus vínculos, esto es, una necesidad exagerada de mantener una relación afectiva con otra persona, dándole un gran valor a las emociones agradables de estar con el otro y el sentirse querido y valorado.
En general, las relaciones de pareja son una fuente de satisfacción y bienestar psicosocial en el individuo. Sin embargo, comienzan a perder su carácter beneficioso cuando se pasa de “querer a alguien” a “necesitarle.
(Castelló, 2005; De la Villa-Moral et al., 2018)
Cuando las relaciones generan necesidad, se establecen vínculos de apego dependientes hacia las parejas y aparecen síntomas de deseo intenso hacia la relación con el otro (craving) así como malestar en la ausencia de la otra persona (síndrome de abstinencia). Es por esto, que en la literatura se habla de dependencia emocional asemejándola a una adicción. Sin embargo, quien se considera adicto a una sustancia, puede terminar con su adicción cuando deja de consumir y desaparecen los síntomas de abstinencia pero una persona dependiente emocional sigue siendo “adicta” a las relaciones aun estando en soltería y termina enlazando así una “adicción” con otra (Castelló, 2005; De la Villa-Moral et al., 2018).
Es necesario distinguir este tipo de dependencia emocional de otras que se pueden darse en el establecimiento de las relaciones, como por ejemplo: (Castelló, 2005; De la Villa-Moral et al., 2018):
- Dependencia instrumental: Es aquella dependencia que una persona genera cuando considera que no tiene los recursos para afrontar las demandas del ambiente. Suelen ser personas que han estado sobreprotegidas a lo largo de su vida, que tienen un gran miedo al abandono y que no presentan la predisposición suficiente para actuar con iniciativa en sus decisiones. Consideran a sus parejas como fundamentales para poder funcionar y sobrevivir. Este tipo de dependencia puede dar lugar a lo que se conoce como trastorno de la personalidad por dependencia.
- Codependencia: Es la relación que se establece cuando una persona se convierte en cuidadora de otra adicta. En este caso, se considera a la persona adicta como incapaz de enfrentar su problema sola y quien ejerce el rol de cuidador toma parte totalmente activa y dominante en la recuperación.
- Bidependendencia: En ella existe una doble dependencia, quienes la padecen son personas adictas a sustancias que también generan dependencia afectiva con otras y por tanto, la adicción en todos los ámbitos determina su funcionamiento.
Causas de las relaciones liana
No podemos identificar una única causa en el desarrollo de este tipo de relaciones, lo que sí se observa es que las personas que las practican suelen tener aspectos en común como son:
Miedo a la soledad
Quienes tienen temor a quedarse solos intentan protegerse de ello estando siempre cerca de una pareja o potencial pareja como forma de escapar de ese sentimiento. Temen al abandono e incluso pueden desarrollar lo que se conoce como anuptofobia, miedo irracional a estar soltero/a para siempre. Por ello, pasan de una relación a otra intentando no caer nunca en el vacío de la soledad.
Baja autoestima y necesidad de validación externa
Las personas que desarrollan este tipo de relaciones parten de ser inseguros con ellos mismos, no se validan ni respetan, teniendo así, un autoconcepto negativo y una visión excesivamente positiva sobre los demás.
Debido a esto, necesitan complacer a quienes consideran “mejores” y que los demás los hagan sentir válidos y los refuercen de manera positiva. Sin embargo, la baja autoestima no es solo una causa sino que también se convierte en una consecuencia, entrando así en un círculo vicioso en el que la baja autoestima favorece la búsqueda del acompañamiento y la validación externa pero esto a su vez hace a la persona aún más insegura.
Falta de autoconocimiento emocional
No solo existe un autoconcepto negativo sobre sí mismo sino que también puede darse una falta de autoconocimiento, es decir, a veces estos individuos parten de no conocerse a sí mismos y por tanto, no conocen ni dan valor a sus propias emociones, necesitando de los demás para una correcta identificación y gestión emocional.
Esto suele ocurrir por la necesidad de evitar las posibles emociones desagradables que surgen, aprenden que solo están bien cuando hay otra persona cerca y que son los demás quienes regulan sus emociones. Caen en un patrón irracional de pensamiento en el que consideren que solo el cambio de comportamiento del otro tendrá un efecto en su emoción, dándole total poder a la otra persona.
Modelos de apego en la infancia
Los vínculos de apego hacen referencia a aquellas relaciones afectivas que se construyen desde la infancia y que permiten a los más pequeños relacionarse con las figuras más cercanas, en su mayoría, con sus padres. Así, se buscan relaciones basadas en el cuidado, la protección y la satisfacción de necesidades.
Estos vínculos de apego serán seguros si cumplen esas expectativas de los más pequeños y determinarán en el futuro cómo ese niño se relacionará con otras personas como por ejemplo sus parejas. Existe un acuerdo en que el origen de la dependencia emocional se sitúa en la infancia, momento en el que se elaboran apegos inseguros basados en relaciones insatisfactorias y falta de afecto. Por ello, se entiende que aquellos que generaron un estilo de apego preocupado en la infancia podrían reflejar vínculos de apegos ansiosos en sus relaciones adultas. Sin embargo, se debe tener en cuenta que no todas las personas que tienen pautas ansiosas generan dependencia emocional (Castelló, 2005).
Idea de no estar completos
Existe una idea irracional interiorizada por muchos de que encontrar una pareja es fundamental para poder desarrollarse totalmente como persona. Todos hemos escuchado alguna vez la frase de “buscar tu media naranja” y en realidad, no lo necesitamos. Nuestra vida tiene sentido sin una pareja, cuando elegimos a alguien es porque queremos que esa persona complemente nuestra vida, no que la complete.
Presión social
Es cierto que la sociedad está cambiando y que cada vez más el concepto de pareja se reformula y la idea sobre en qué consiste tener una pareja cambia. Sin embargo, en nuestra sociedad aún existe una tendencia a la crítica si alguien no se encuentra en una relación a partir de cierta edad o incluso en otras culturas la idea de una relación se preestablece desde muy pequeños.
Esto, puede dar lugar a que quienes no encuentran una relación estable, vaguen de una relación a otra por la necesidad de cumplir con aquellas expectativas culturales que se interiorizan.