El trastorno de pánico, se caracteriza por la aparición de ataques de ansiedad o crisis de pánico, en las que se experimenta una sensación de terror con la sensación de una muerte inminente.
¿Cómo trata un psicólogo el trastorno de pánico?.
Hay diferentes estrategias para tratar el trastorno de angustia, dependiendo de la orientación que tenga el profesional. Ahora bien, el tratamiento más eficaz desde el punto de vista psicológico es el cognitivo conductual.
Desde este marco terapéutico, En PsicoGlobal establecemos diferentes objetivos a alcanzar a través de los cuales diseñamos la terapia.
Primer objetivo: Psicoeducación.
En esta fase buscamos que la persona entienda cual es su situación, que conozca el trastorno, porqué se da, qué circunstancias hace que se mantenga. Además trabajamos para que se familiarice con diferentes términos que utilizaremos a lo largo de la terapia y se responden y disipan todas las dudas que tenga la persona respecto al problema.
Segundo objetivo: Relajación.
Todos los trastornos de ansiedad conllevan una alta activación corporal, taquicardias, opresión en el pecho, dificultad respiratoria etc. Pero en el trastornos de pánico esta activación es extrema. De ahí que entrenar en relajación como respuesta opuesta a la ansiedad ayuda al control de estos síntomas. Las técnicas de respiración profunda o de relajación física progresivas son las más eficaces a la hora de controlar la activación fisiológica.
Tercer objetivo: Reestructuración.
Cuando una persona padece pánico, tiene pensamientos catastrofistas sobre lo que esta ocurriendo. Interpreta sus signos de ansiedad, como una verdadera amenaza a su vida, piensa que efectivamente va a morir o que lo que le está pasando es muy grave. Nada más lejos de la realidad, la ansiedad es muy incómoda y molesta pero no es peligrosa. Por tanto enseñar a hacer una correcta atribución de los síntomas de ansiedad, reencuadrarlos y gestionar los pensamientos catastróficos que aparecen antes y durante de un ataque de ansiedad, es fundamental para el control de la misma y por tanto una pieza fundamental de la terapia.
Cuarto objetivo: Exposición.
Para la persona que sufre pánico, los estímulos que activan la ansiedad son estímulos internos. Centra su atención en su corazón, en su respiración, en su tensión corporal, son conscientes de la reacciones de su cuerpo, que como decíamos antes, atribuyen a una causa peligrosa con consecuencias catastróficas.
La exposición a estos estímulos internos pretende por un lado darnos el control sobre nuestras propias reacciones corporales y por otro, habituarnos a los estímulos sin que se desate el ataque de pánico.
Una vez conseguidos estos objetivos y conseguido el control del pánico, las siguientes sesiones se centrarán en la prevención de recaídas, dando por finalizada la terapia.