La ansiedad es una respuesta natural del organismo que se produce cuando hay algún peligro. Sin embargo, muchas veces nos activamos sin que haya un peligro evidente o nuestra activación es mayor a la que le corresponde a la situación. En estos casos, podemos hablar de que tenemos una ansiedad desadaptativa o patológica.
Esta ansiedad patológica o adaptativa puede ser causada por diferentes factores: experiencias traumáticas, estrés en el trabajo, problemas familiares, problemas laborales y otras muchas causas. Entre estas otras causas de la ansiedad está el consumo de sustancias o medicamentos.
En otras palabras, hay veces en las que la ansiedad la causa el consumo de medicamentos u otro tipo de sustancias.
La ansiedad inducida por sustancias y medicamentos, como su propio nombre indica, es aquella ansiedad que se produce por el uso de sustancias como, por ejemplo: drogas, medicamentos o, en ocasiones, productos químicos.
Los síntomas de este trastorno incluyen: nerviosismo, tensión muscular, palpitaciones, dificultades de concentración, fatiga u otros síntomas relacionados con la ansiedad.
Esta ansiedad o ataques de pánico inducidos por sustancias se producen en diferentes situaciones:
Es importante tener en cuenta que, muchas veces, la relación entre la ansiedad y el consumo de sustancias no está del todo clara. Por un lado, el consumo de sustancias puede producir ansiedad y, por otro lado, algunos trastornos de ansiedad están relacionados con el consumo de sustancias. Por ello, en muchas ocasiones, los expertos concluyen que la relación entre la ansiedad y el consumo de sustancias es bidireccional.
En cuanto a la prevalencia del trastorno, es difícil calcularla. La APA (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013) destaca que la prevalencia no está clara, pero que se sabe que es más alta en población clínica.
Para recibir un tratamiento adecuado es de vital importancia contar con un buen diagnóstico. En el caso de la ansiedad inducida por sustancias y medicamentos, es relevante hacer el diagnóstico diferencial con un trastorno de ansiedad independiente.
En otras palabras, es fundamental evaluar si la ansiedad de la persona afectada está relacionada con el consumo de una sustancia o si, por el contrario, no tiene nada que ver y, por lo tanto, podríamos estar hablando de otro tipo de trastorno de ansiedad.
Las investigaciones dicen que para diagnosticar la ansiedad inducida por sustancias y medicamentos es importante que los síntomas de la ansiedad estén relacionados con el uso o el cese del uso de una sustancia o medicamento.
Para entenderlo mejor, pongamos un par de ejemplos:
Leire tiene ansiedad extrema y ataques de pánico desde que empezó a tomar pastillas para adelgazar. Estas pastillas las ha comprado por internet sin receta y están compuestas por cafeína y otros estimulantes. Desde que las toma, Leire se siente muy nerviosa cada toma y puede sentir cómo su corazón se acelera. Además, por las noches no puede dormir y tiene muchos pensamientos irracionales.
Iñaki toma café todas las mañanas con el objetivo de mantenerse despierto durante las clases a las que acude por la mañana. Desde hace unas semanas Iñaki tiene ansiedad porque en un par de semanas tendrá los exámenes finales de carrera.
En el primer ejemplo podemos ver cómo la ansiedad de Leire está relacionada con el consumo de esas pastillas para adelgazar porque tienen estimulantes. En el segundo ejemplo, Iñaki tiene ansiedad, pero no está relacionada con el consumo de cafeína.
En ocasiones, una exploración física o análisis de laboratorio realizados durante el consumo o la abstinencia de la sustancia o el medicamento pueden ayudarnos a establecer el diagnóstico.
Escrito por Raquel Rodríguez Cortés, Psicóloga General Sanitaria.
Referencias bibliográficas
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