Cuando pensamos en psicópatas acuden a nuestra mente, personajes como Charles Mason, Jack El Destripador, o Josef Fritzl, conocido como el "monstruo de Amstetten". Tendemos a pensar que el psicópata es aquella persona capaz de cometer los crímenes más salvajes y atroces, si bien es cierto esto, también existen personas que no por no cometer actos delictivos, dejan de ser psicópatas.
Hay personas que no delinquen, que están integradas en la sociedad y que sin embargo, presentan rasgos psicopáticos y casi todos nosotros hemos sufrido sus consecuencias. Se nos ha podido presentar en forma de jefe déspota, pareja manipuladora o amigo emocionalmente explotador. Estos y muchos más de los que seguro tenemos un amargo recuerdo, comparten 3 características.
Características del psicópata
- Son personas que carecen de empatía, y por tanto no tienen la capacidad emocional para ponerse en la situación que vive el otro. Tienen capacidad para entenderlo racionalmente, son conscientes de que su conducta puede ser negativa para los demás, pero este conocimiento no va conectado con un sentimiento negativo que frene dicha conducta.
- Cosifican a las personas, intrumentalizando las relaciones. Para ellos los demás son “instrumentos” que les ayudan a conseguir sus fines y de los que se pueden beneficiar, por lo que cuando una persona ya no cumple sus expectativas dejan de tener interés en ella
- Remordimiento y culpabilidad, estas emociones son consecuencia de una reflexión sobre nuestros actos, una vez producidos éstos valoramos el resultado del mismo, si es negativo y/o atenta contra los demás, sentimos remordimiento y culpabilidad por lo que en siguientes ocasiones, generaremos otro comportamiento. Este proceso no ocurre en el caso de la psicopatía.
Todo esto, está integrado en una persona que se muestra con un encanto especial y seductora, que normalmente goza de gran capacidad verbal. Tienen una alta autoestima llegando al narcisismo en muchos casos.
Utilizan la persuasión y el encanto para manipular fácilmente a los demás. Son capaces de captar las necesidades emocionales del otro, perciben sus debilidades y las utilizan para su propio beneficio, para sacar “tajada” de la otra persona ya sea económica, laboral, sexual o en cualquier otra forma que se hayan propuesto.
Psicópatas socialmente aceptados y sus consecuencias.
Para las personas que se topan con los psicópatas las consecuencias suelen ser devastadoras. Son víctimas de humillaciones, descalificaciones, acoso, en algunos casos de violencia física. Esto lleva al dañado a cuestionarse su valía personal, laboral, social, etc, su autoestima entra en un proceso de profundo deterioro del que es complicado recuperarse.
La sociedad tampoco ayuda a minimizar el impacto y el alcance de éstos, en ocasiones, se valora de forma positiva este tipo de personalidad, confundiendo su impulsividad como capacidad de decisión, su arrogancia como seguridad en uno mismo, su frialdad y su falta de escrúpulos como determinación en la consecución de sus objetivos.
Desgraciadamente a día de hoy no se cuentan con métodos fiables que modifiquen las conductas negativas del psicópata, los programas actuales apelan a la conciencia, a la empatía, a que la persona sea consciente del daño producido, pero los psicópatas carecen de estas características por lo que resultan nulos.
Quizás el futuro y las diferentes lineas de investigación que se están llevando a cabo traigan nuevos abordajes para el tratamiento de la psicopatía, mientras, confiemos en nuestro criterio para mantenernos alejados de ellos y de sus manipulaciones.